lunes, 5 de septiembre de 2022

El Caso de Tony Nicklinson

La eutanasia es uno de los temas mas sonados en la actualidad y la opinión de la iglesia católica del tema es de las más criticadas. Por su definición, la eutanasia es la acción de un médico u otro profesional sanitario que causa la muerte directa del paciente a petición informada, expresa y reiterada de éste.

En este articulo hablaremos no solo de la eutanasia, sino que también del suicidio asistido  y un claro ejemplo que reúne ambos termino es el caso de Tony Nicklinson. Seguramente te estarás preguntando que relación tiene el caso con los temas y quien es Tony Nicklinson, no te preocupes aqui te explicare todo. 

Para poder entrar en contexto debemos trasladarnos al 22 de agosto del 2013, cuando se da la noticia de que Tony Nicklinson había fallecido. 

Tony era un activista a favor de la eutanasia que años atrás había sufrido un grave accidente vascular en el cual todos sus movimientos voluntarios quedaron paralizados a excepción del movimiento ocular. Esto le forzaba a formular palabras a través de un equipamiento especializado. 

El mismo lo describía como una pesadilla permanente de vida, por lo que decide ir a juicio para poder aplicarse la eutanasia sin ninguna sanción pero es rechazado. Por todos estos motivos es que decide no comer y diez días después muere junto a su familia. 

Teniendo el contexto del párrafo, explicare en este blog lo que esta mal del caso, explicare que es la eutanasia y las posturas que tiene la iglesia sobre el tema y daré mi opinión de cosas que se pudieron evitar y cual hubiera sido la mejor resolución del caso.



Para empezar, debemos tener en cuenta que la eutanasia es un crimen contra la vida humana y un acto maligno en toda situación y circunstancia.

Esto es simple y sencillamente porque su objetivo es causar la muerte a un ser humano con la excusa de evitarle sufrimientos. La iglesia esta en contra de este "movimiento" porque sobre todo lo que se busca es preservar la vida humana. 

Por otra parte tenemos el suicidio asistido es básicamente que un médico proporcione los medios necesarios a un paciente para que cometa suicidio sin ningún problema. En ambas acciones involucra un factor común esencial: el deseo de morir de la persona



Como dije al principio, el caso de Tony es un ejemplo donde se reúnen ambos temas ya que básicamente, aunque la ley prohibiera la eutanasia y tratara de salvar la vida de Tony, su confusión de la mano de los médicos y familia provocan finalmente su muerte

Lo que muchas personas argumentan es que según estudios, el paciente estaba plenamente consciente de sus decisiones y el accidente no le afecto nada mentalmente, por lo que si el lo deseaba no debería haber problema en aplicar la eutanasia, pero esto esta totalmente erróneo. 

Lo cierto es que el Tony estaba viviendo un infierno y a pesar de que los estudios dijeran que estaba plenamente consiente, eso no es verdad ya que el ve todo negativo, se siente una carga cuando ninguna persona debería sentirse así. En mi opinión la solución en este tipo de casos la tiene la familia y las personas que le rodean. Estos tienen que enseñarle que el realmente vale, que no es una carga y que su vida es muy valiosa. 

Por lo que, para finalizar el tema tenemos que destacar que todas las partes estuvieron mal, Tony por desear la eutanasia, la familia por ceder y los médicos por aplicar el suicidio asistido. Todos estos términos están mal y esta aun peor que los gobiernos cada vez quieran hacer legales procesos que llevan a la muerte cuando lo importante es preservar la vida humana. 

FUENTES

1 BBC News, “Right-to-die man Tony Nicklinson dead after refusing food”, [Internet] 2012. Disponible en: http://www.bbc.co.uk/news/uk-england-19341722

2 Abel F, Busquets A, Camacho J, Cambra F, Cardona X et al. “Hacia una posible despenalización de la eutanasia: Declaración del Institut Borja de Bioètica”. Bioètica&debat -año XI- N.39. 2005; pp.1-3

3Lorda P, Barrio I, Alarcos F, Barbero J, Couceiro A, Hernando P. “Ética y muerte digna:

propuesta de consenso sobre un uso correcto de las palabras”. Rev. Calidad Asistencial. 2008; 23(6): 271 – 85


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